Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Ciudad creada en medio del desierto, y con el único fin de ser el centro de juego en el mundo, en las últimas dos décadas cambió y se ha convertido en un centro de entretenimiento y sede de las más importantes ferias.
Cerca de 100.000 personas en promedio llegan todos los días y cuentan con maravillosos hoteles que tienen tarifas muy bajas.
Recientes encuestas muestran un cambio de tendencia en los turistas. Antes tenían al juego como principal atractivo para visitar la ciudad, hoy el 66% va en busca de entretenimiento, con los shows, el shopping y los restaurantes como principales motivos del viaje.
Creo que el gran responsable ha sido el Sr. Steve Wynn (79), quien construyó varios hoteles, creó grandes espectáculos e introdujo el arte en la decoración de sus cuartos de hotel.
Posiblemente su mejor obra fue el Bellagio, un hotel con refinamiento europeo y con un gran lago en su frente, donde cada 15 minutos hay un show fabuloso de aguas danzantes, con Andrea Bocelli como fondo musical.
Es uno de los 10 coleccionistas más poderosos del arte en la actualidad y con 24 obras de su colección montó un pequeño museo donde eclécticamente conviven Vermeer y Warhol, entre otros.
Los mejores restaurantes están en sus hoteles y sus precios son muy razonables. Merecerían en muchos casos las tres estrellas Michelin.
Gran admirador de Pablo Picasso, montó un lindísimo restó con su nombre y lo decoró con una veintena de sus pinturas originales. Contrató a un chef español, la comida era estupenda y la carta de vinos soberbia. Y rodeados de Picassos, el resultado sólo podía ser óptimo.
Hace unos años le vendió este y otros hoteles a MGM, compañía que tiene un hotel con su nombre con 5005 habitaciones, posiblemente el más grande del mundo. Hace 20 años MGM compró 4 hoteles de Wynn en 6.600 millones de dólares y éste construyó otros 2 hoteles: Encore y Wynn, que también cuentan con mucho arte, destacándose las esculturas de Jeff Koons.MGM no tiene tanta afición por el arte y llamó a Sotheby’s para rematar diez de los Picasso. Esperan recaudar 100 millones de dólares y también realizarán otras dos subastas con objetos de lujo, como las carteras Hermés Birkin, que se cotizan entre 50 y 250 mil dólares, relojes Rolex entre 30 y 100 mil dólares, autos Ferrari de medio millón y algunas otras lujosas mercaderías. Luego de la pandemia, la gente ha decidido no ser los más ricos del cementerio y están gastando mucho en objetos de lujo.
Vamos a extrañar no sólo el Restaurante Picasso, sino también el Restaurante Botero con obras del colombiano, que ya vendió Wynn.