El coronavirus no afecta las subastas de arte, pero faltan compradores y bajan las ventas

por Ignacio Gutiérrez Zaldívar

No es solamente el mercado del arte el que está sufriendo la incertidumbre que domina el mundo desde hace dos semanas, no es una guerra, o la amenaza de alguna, la que ahora sacude al mundo económico, sino que es un virus “el coronavirus”, que no se conocía, del cual no hay vacunas y cuyos efectos se agravan día a día. Hoy el mundo económico está devaluado y lo que ocurre no fue posible de prever.

Sin hacer nada, el mundo es más pobre sin haber realizado nada para serlo, en muchas partes la gente no sale de sus casas, no consume y se resiente la economía de todo el mundo, cuándo se termina esto o cuáles serán sus consecuencias no lo sabe nadie.

Aún en el mercado de arte no se han suspendido subastas o exposiciones, pero la gente está poco afecta a ver arte o a concurrir a museos o galerías.

No hay dudas que el volumen del mercado será más pequeño, las ventas han bajado en un 5% en el mundo, y un 10% en China, y en un 9% en Inglaterra y han subido un 7% en Francia, creo que este año deberán bajar. Los chinos serán los primeros en comprar menos y otro tanto los británicos que se arrepentirán de su salida de la comunidad europea.

La semana pasada se vendieron en Nueva York unas 400 obras de arte contemporáneo y se recaudaron 54 millones de dólares. Viendo las ventas se me ocurrió recomendarles a tres artistas que considero que están en buenos valores para comprar obras de ellos, si les gusta lo que hacen o hicieron. Arnaldo Pomodoro (1926) es el más conocido escultor italiano, sus bronces son pulidos y es generalmente la forma de esfera lo que domina sus obras. La de mayor tamaño que conozco está en el Vaticano y fue un regalo del artista a Juan Pablo II, la misma esfera tiene 4 metros de alto y ancho. Sus valores van desde 1000 dólares en adelante y se pueden comprar obras de unos 20 cm en 40 mil dólares. Sus precios son un 15% más bajos que hace 20 años, no todo el arte sube.

George Segal (1929-2000) es otro escultor muy personal y que representa como nadie a la gente de Nueva York en mi opinión. Sus figuras son en yeso blanco o bien son bronces pintados de blanco para parecer de yeso y ser anónimos y solitarios por la gente de Manhattan. Hay obras suyas en múltiples de 150 que se pueden comprar en menos de 5 mil dólares y la semana pasada se vendió un bronce del cual hay 8, pintado en blanco y de tamaño natural de un mujer sentada en una silla que se vendió en 125 mil dólares y hace 6 meses se vendió otra igual en 80 mil dólares en París. En los últimos 20 años su obra vale un 60% menos.

Y finalmente recomiendo la obra de Robert Indiana (1928-2018), este americano hijo de la palabra LOVE un autorretrato de su obra y la palabra la ha realizado en esculturas, tapices y pinturas. Hay de todos los tamaños y materiales, mis preferidas son las esculturas, el artista intentó registrar la palabra como suya, pero no fue posible y me parece lógico. Su valorización en 20 años ha sido solamente del 15%.

No hay obras de ellos en el mercado argentino, pero enviando un mail a Chrisitie’s y Sotheby’s, ellos les avisarán cuándo sale algo a la venta.

Ahora a cuidarnos y a no contagiarnos.   

Imágenes adjuntas en la nota.

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